¿Y si el problema no es la tecnología, sino la gasolina?

Hoy, quiero compartirles mi experiencia con la implementación de herramientas tecnológicas y de

inteligencia artificial, aliadas para acelerar la inclusión financiera en México e Iberoamérica. Me ha

tocado ayudar a brokers, despachos y promotorías en el proceso de adopción tecnológica para

mejorar sus operaciones, sin embargo, a pesar de que algunos ya habían invertido en herramientas,

seguían prácticamente igual; controlando fuegos ¿Por qué? porque el verdadero freno no está en la

máquina, sino en el combustible que la mueve.

A lo largo de más de 20 años de experiencia que tengo dentro de la industria de seguros y de fianzas,

he pensado que cualquier sistema tecnológico puede funcionar bien, siempre que este alineado a

las exigencias operativas del tamaño de cada agente, pero, en lo general todos cumplen. El

verdadero problema y común denominador han sido los hallazgos al interior de los sistemas,

herramientas y bases de información: datos dispersos, duplicados e incompletos.

Lo más grave es que este problema no es evidente a simple vista. Muchos lo confunden con falta de

tecnología o sistemas incorrectos, otros, con errores humanos o falta de personal calificado, pero en

el fondo, todo viene de lo mismo: mala calidad de la información. Lo que no se ve, no se mide. Lo

que no se mide, no se mejora. Y lo que no se mejora, acaba estorbando.

Mientras las insurtechs afinan algoritmos, los corredores tradicionales tienen una ventaja que no se

puede programar: el trato humano, la cercanía y la experiencia. Eso no se reemplaza. Pero si no se

resuelve el tema de fondo —la calidad de información—, esa ventaja se vuelve irrelevante frente a

operaciones que sí funcionan.

Este texto busca provocar la reflexión. Una invitación a mirar más profundo, a hacer la pregunta

incómoda: ¿qué tan buena es realmente la información con la que estás tomando decisiones hoy?

¿Es gasolina premium o combustible diluido? Abrir la conversación puede ser más valioso que seguir

invirtiendo en cambiar el motor, las llantas, alguna parte equivocada o incluso el piloto.

Me encantaría escuchar lo que piensan sobre este tema. Este es un espacio para compartir

experiencias, resolver dudas y empezar conversaciones que enriquezcan a todos. Me puedes escribir

a contacto@jocs.com.mx y con gusto seguimos la charla.


José Carlos Serrano Hernández

CEO de JOCS

La administración operativa: el músculo invisible del crecimiento